No hay día que pases inadvertida
mi mente y corazón quiere estar cerca,
en tu sonreír como en el cruento llorar
pues eres la sangre de mi corazón.
Deseo ofrecerte estos versos
para que sonrías y te sientas viva
porque se que el oro no puede comprar
lo que cada palabra escribo en tu alma.
A veces me desespero por no verte
y porque se que no puedo abrazarte,
acariciarte y ver las perlas de tu alma al sonreír
como cada día lo haces para muchos.
Si cansado me encontrare, tú serás mi pradera;
cuando esté sediento, buscaré tu oasis;
y el frío vendrá, pero sé que serás mi calor;
porque eres justo lo que necesita mi ser.
Gracias por existir y ser quien eres,
porque me das la oportunidad de ofrecerte
cada minuto de mi vida lo mejor de mi
y valorar tu presencia latente en toda mi mente.
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