Un gran tesoro

Había un pequeño pescador limpiando sus redes a la orilla de la playa; ocupado en sus quehaceres y no tenía tiempo ni de alimentarse pues pensaba que aún no había terminado la tarea del día.

De pronto le surgió la necesidad de subir a su pequeño bote e ir a pescar; el pensaba mucho y no sabía por qué ese impulso lo hacía ir mar adentro

y apesar que ya había pescado durante toda la noche, decidió de madrugada volver a salir. A todos sus amigos les extrañó tal acontecimiento pues era inusual en toda la comunidad de pescadores.

Llegando a un punto donde nadie pesca pensaba, por qué nadie lo hará en este lugar? y se dijo a sí mismo, no lo haré porque nadie lo hace aquí. Pero una voz en su interior le decía "echa tu red"

intrigado por esa extraña sensación que sentía en el estómago decidió lanzar la red. Pasaron pocos segundos cuando derepente algo cayó en la vieja red,

el instinto le hizo levantarla rápido y pensó que había atrapado algo grande, pero cuál fue su sorpresa al encontrar un pequeñito pez,

que a toda vista parecía insignificante. El lo vio y pensó en lo pequeño del tamaño. Lo vio detenidamente y le habló: Por tí he venido hasta aquí, y veo que eres muy pequeño, pero sabes? crecerás y serás uno de los peces más grandes del lugar.

en el momento que lo iba a dejar ir, el diminuto pez comenzó a agitarse por la falta de agua en su organismo pero antes de saltar de las manos del joven pescador dejó caer algo entre las piernas de este.

Asustado por lo que cayó no se percató que el pez volvió a su hábitat y el se inclinó a observar lo que había caído de la boca del pez.

Mientras se inclinaba pensaba en ese pecesito

y comenzó a sentir que era maravilloso haberlo tenido en las manos. Cuando tocó con sus pequeñas manos lo que había soltado el pez, pudo observar una perla,

un tesoro que éste le dejó.

Desde ese día el pescador entendió una lección muy importante: En el lugar menos indicado encontrarás personas que aunque se vean pequeñas y sin valor, llevarán en sí un gran tesoro.